EL CARRO DE LA OTRA VIDA
Hace mucho tiempo cuando no había energía eléctrica para iluminar las calles de Córdoba, las noches eran oscuras y tenebrosas; fue allí donde: Zoilo: campesino mujeriego y fumador, casi se lo lleva -el carro del diablo- , o el carro bueno de la otra vida.
Así lo contó: nos sentamos todos en el borde, en la tulpa de la estufa; al escuchar su historia, dijo: “ no andarán de noche porque el patas se los lleva, llegarás rápido a casa”. ¡¡verás-caballo !!
A esa hora llegué de una furrusca allá en arrayán, como a medianoche, ya en casa de los abuelos, miré! como si se acercara un carro cruzando potreros y montes, casi me desmayo del susto porque no encontraba explicación, como podía rodar, donde, nó hay una camino; Un estremecimiento terrible se apoderó de mí y casi tartamudeando llamé a la carisina para que me abriera la puerta, porque me llevaba el patas...
Aquella luz brillante se acercaba en-pura, empece a escuchar voces de lamento, no era un carro de esta vida, era de la otra, estaba oscuro, con muchas voces quejándose, lamentándose, peor que los enfermos. El carro estaba a una distancia no muy lejana, pero desde ahí pude ver lo oculto y fúnebre del mismo, tenía un solo foco de luces rojas muy brillantes y en su interior varias calaveras o cabezas colgando. ¡Dije virgensita de Las Lajas! de seguro de esta no me salvo...
Sin embargo este carro de la otra vida no llegó a la casa, se desvio quingo abajo, sería por los bueyes que estaban ahí al lado, ya que dicen que estos animales ahuyentan el mal aire, eso me favoreció y no pudo. cargarme, también salió la carisina, con un palo creo que para defenderme y no para pegarme. Pues eso pasó allá en la hacienda del Pulís.
Historia contada por Zoilo Trejo (QEPD)
Córdoba-Nariño
CESAR LEITON
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