Hace muchos años, en un pueblo andino llamado Puerres, existía un hombre que tenia un pacto con el diablo. los moradores de Córdoba que lo conocian y lo recomendaban, acudian a el para pedirle plata (dinero) prestado. Habia una condición, nadie debia visitarlo los días martes y viernes, Esos días era cuando el diablo venia a reclamar las almas de los prestamista, que incumplian los pagos, además le llevaba la plata para continuar con su pacto.
Con el tiempo, este hombre murío, A pesar de no tener hijos, ni estar casado, a su funeral llegaron cuarenta hijos para organizar su entierro. Como en aquel tiempo no habia energía eléctrica las noches se iluminaban con luz de velas.
Durante la velación, varias personas presenciaron extraños sucesos. un muchacho vío a dos perros negros con fuego en sus ojos, mientras que un anciano vio a dos toros peleando con los mismos ojos infernales. Cuando llego la hora de las animas en pena, a eso de las doce de la noce hasta las tres de la mañana, una brisa lúgubre, apagó las espelmas una a una hasta que toda la habitación quedó totalmente oscura.
De repente, se escuchó un estruendo y el ataúd comenzo a rechinar horriblemente, hubo un silencio sepulcral, alguien pudo encender las velas, descubrieron que el difunto habia desaparecido, ya no estaba su cuerpo, se lo habia llevado el diablo.
Para evitar mas rumores, los familiares decidieron tapar lo sucedido y llenarop el ataúd con cueros de picuí y algunas piedras, así compensar el peso del difunto. La leyenda de aquel hombre y su pacto con el diablo sigue viva en la mente de los habitantes de Puerres y sus alrededores, todavia se evita visitarlos los martes y viernes, pero se dice que ronda la casa en busca de sus prestamistas.
FIN.
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