jueves, 26 de enero de 2023
LA VIEJA
miércoles, 25 de enero de 2023
EL DUENDE ALEGRE
EL DUENDE ALEGRE:
Había una vez en la región Andina, un ser mitológico, denominado "watín", era travieso y pícaro; y le gustaba jugar bromas a las personas que visitaba. Se cuenta que cortaba la ropa de los humanos en pequeños trozos, tiraba y lanzaba objetos en quebradas, támbien terrones a los techos de las casas, ensuciaba el agua recolectada, y les hacia trenzas a la clin y cola de los caballos.
El Watín o duende, solía aparecer en quebradas, cascadas o cuevas, le encantaba el agua y suele encontrarse muy a menudo al inicio o final del arcoiris, támbien en los bosques de grandes arboles.
Existián o existen dos tipos de duendes, El Duende Alegre; y el duende Triste... El duende Alegre era pequeño, con orejas puntiagudas, utilizaba sombreros de alas grandes, y botas terminadas en punta. solía jugar con niños y niñas, los entretenía con juguetes y dulces de todos los sabores, de esta manera los iba encantando o embobando hasta al atardecer, llegado la noche se los llevaba a la profundidad del bosque o de sus cuevas. y si nadie los rescataba, los convertía en otro Watín mas, otro duende mas para la familia.
El duende Triste, era el mas aterrador, sé presentaba como el duende mas arrugado de todos los duendes, hacía bromas muy pesadas a los campesinos, enredaba las madejas de lana cuando entraba a las casas; en los graneros púdria el maiz cocechado, agujereaba los cueros para curtir, abría los portillos de las cercas del ganado, y los asustaba para que salgan. Siempre buscaba hacer barrabasadas, entre mas enojo de los moradores, más arrugas le salían y más tríste sé ponía. Esa tristeza se reflejaba con ira, y bromas de mal gusto. Ahora si se sentía descubierto, tiraba un hechizo con sus ojos diabólicos, dejandolos bobos, o convirtiendolos en espectros para llevárselos a la oscuridad del bosque.
Es mejor siempre encontrarse al duende alegre, el cual te puede obsequiar fortuna. Pero nó encontrarse al duende triste, ya que este solo te traerá problemas.
Fin.
martes, 24 de enero de 2023
EL CARBUNCO.
EL CARBUNCO.
Mi Mamá solia contarnos sus vivencias, cuando éramos chiquillos y visitábamos la casa de los abuelos, en el campo. Ella y su hermana Bertha, habian visto algo ezpeluznante, un ser mitológico y mágico que causaba asombro por su apariencia.
Este ser recóndito, aparece en lugares solitarios, en yacimientos de arroyos y quebradas... Se dice que tiene forma de un perro negro. Con una luz brillante en medio de sus ojos. Se afirma que es una joya radiante; relatan, que si eres una persona miserable o ambisiosa, té hipnotizará con sus ojos de fuego, para llevarte a las profundidades de sus cuevas, donde te convertirá en un espectro minero, para explotar sus canteras de piedras preciosas.
Mi madre y mi tía Bertha salieron a buscar agua en el arroyo a las seis de la tarde, cuándo el sol empezaba a ocultarse. Mi tía Bertha estaba llenando una vasija con agua, y vió un movimiento entre las matas de Yerbabuena. Advirtio a mi madre, (Percides); sobre la presencia de este ser y juntas decidieron atraparlo. Sin pensarlo dos veces, se quitaron sus chall, para lanzárselos encima, y evitar que les aruñara con sus garras. sin embargo, al lanzar sus chall, un rayo de luz encandiló y paralizó a las dos hermanas por un momento, permitiendole desaparecer en la oscuridad.
Cuenta la leyenda que es un pequeño ser, semejante a un perro montuno o a un gato salvaje. con ojos rojizos y una luz luminosa en su frente, esté tenía un pelaje negro y grandes garras. Mi madre y mi tía, al verlo, se desorientarón y corrieron hacia la casa, dejando tirado sus vasijas y sus chall. Aseguran que nunca quisieron hacerle daño, de lo contrario, él las habría llevado consigo o dejado ciegas para siempre.
Cuando ellas le contáron lo sucedido al abuelo, él las regañó; "Tontas lo hubiesen cogido y pedido mucha riqueza" ya era demasiado tarde el CARBUNCO se había ido. Mi madre dice que de haber conocido la leyenda, quízas lo habrian atrapado, o este se las hubiese llevado porque hubiesen ambisionado quitarle la piedra preciosa.
FIN